Aflorar, ¿es una actitud?

Si, porque "Aflorar" supone una intención. La tarea de Aflorar requiere de sincero compromiso en favor de la mejora personal. 

Cuando no hay intención de modificar la realidad, cuando se la quiere conservar por la razón que fuere, entonces todo parece estar bien y no hay conflicto. Pero esta realidad es débil y su debilidad se hace notar a la menor agitación de ese pseudo-equilibrio. Cualquier descompostura leve sirve como ejemplo de esta verdad.  Tan pronto uno comienza a reflexionar va internándose en aguas que pueden parecer peligrosas pero cuando esa realidad incontestable salta a la luz y se hace nítida, ya no es posible negarla como tampoco es posible "despensar" esa idea o ese pensamiento que aquella realidad haya inspirado . Uno puede entonces elegir entre fijarse una meta o aplazar la indagación. En cualquier caso es oportuno marcar que una vez fijada la meta, se ha fijado junto con ella un problema también. Se han puesto las cartas sobre la mesa y solo queda la acción. Hay que comenzar a lidiar con esas mareas inconcientes que brotarán por fuerza de la inspiración y la revelación. Habrá que comenzar a dar forma a los ímpetus y a las acciones que de modo agradable o con furiosa energía se orientarán caprichosas hacia ese estado revelado, hacia esa mejora vislumbrada y posible. 

Sólo se requieren unos pocos dígitos para establecer una comunicación telefónica a cualquier lugar del planeta. ¿Puede Ud. imaginar la extraordinaria gama de conexiones increíbles que estos 38 elementos energéticos pueden establecer cuando se los combina con el debido conocimiento?

Los recursos de Aflorarte combinan pensamientos y acciones con los poderes transformadores de las energías. Siempre basados en la existencia de una intención palpitando facilita el indagar hasta descubrir esas operaciones mentales o actitudinales requeridas y  que permiten realizar la feliz mudanza de un estado incómodo o enfermizo hacia ese estado anhelado y armonioso o bien, hacia el logro de sus objetivos.

La intención de descubrir, el compromiso por optimizar y utilizar las mejores conductas de su repertorio de conductas, el interés por reformular sus realidades, afrontar y comprender las intenciones subyacentes en sus comportamientos y actitudes transforma a una persona común en alguien desafiando y atravesando sus límites. 

El método Aflorarte no sólo alimenta este estado de alta operatividad sino que además produce un bienestar adicional a medida que el individuo en su soledad fecunda tiene autoridad para calibrar e intensificar el ritmo de sus progresos. Ensancha sus posibilidades y visiones a medida que, según comprueba, se va ensanchando el horizonte de progresos y de sus límites

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