
Soy hombre, nada humano me es ajeno (Séneca)
Si alguna vez usted falló en su rendimiento porque en su casa reinaba un clima imposible y se sentía indefenso o sin recursos para revertir las cosas, si se mostraba indiferente porque se le había muerto el gato, o porque sabía que en breve tiempo habría de mudarse, estará de acuerdo en que los problemas de aprendizaje son el resultado de un disturbio emocional. Y espero esté de acuerdo en que los sedantes comunes solo complicarán más las cosas no solo impidiendo la libre expresión de la emoción (una descarga saludable) sino que provocando atrasos adicionales a esa mente de por sí fatigada. Tome por caso a esa persona que se encuentra hablando fluido un idioma extranjero; y en el momento en que se da cuenta de lo bien que lo está haciendo, o cuando alguien se lo señala, le aparece el bloqueo y no puede seguir hablando. ¿Significa esto que no se puede concentrar? ¿O que tiene problemas para la expresión verbal? Y si acaso para esta persona hablar bien el idioma extranjero es excesivamente importante y estalla en llanto y frustración, ¿significa esto que sufre de pánico escenario, o de inhibiciones que reclaman medicación? Si la respuesta es afirmativa, entonces: ¿Qué tipo de medicación elegiría usted si esta persona fuese su niño?Por el bien de los niños, piensen los padres dos veces antes de someterlos a medicación innecesaria.
Las enfermedades psicosomáticas y los síntomas recurrentes se verían reducidos al paso rápido en el que hoy se multiplican los casos de niños diagnosticados con trastorno de atención; niños que terminan siendo medicados con fármacos psicotrópicos con efectos colaterales que alteran la mente. Crece el uso de drogas psiquiátricas al mismo ritmo con que disminuye la duración de una consulta; en menos de 15 minutos y a la ligera se diagnostica y se droga a los chicos contra la hiperactividad, ansiedad, dispersión, depresión, compulsiones. Esa batería de males que a diario se multiplican efectivamente se pueden -- y se deben – evitar. Nuestra propuesta consiste en ofrecer un completo programa de Educación Emocional a Padres y Educadores.
Según nuestra experiencia, los problemas de aprendizaje se inician por lo general a partir de turbulencias emocionales: miedos, inseguridades, celos, nerviosismo. La mayoría de ellas ceden rápido y se mitigan con el buen uso de la palabra. Cuando la palabra sanadora brilla por su ausencia, tensiones de cualquier grado y color emocional se van presentando con múltiples derivaciones en el cuerpo físico y en el área de las conductas que en nada colaboran con el desarrollo favorable del estudiante. En muchos casos, a los padecimientos se agregan la confusión, culpa, vergüenza y sentimiento de indefensión a quien los sufre. La dificultad para concentrarse es a menudo, el resultado lógico y esperable. Irritabilidad, desestabilidad ante los exámenes, jaquecas, descomposturas figuran entre las manifestaciones más comunes. La personalidad en formación se ve perjudicada grandemente ante la falta de una palabra de alivio. Su personalidad corre el riesgo de aprender a hacer traducciones psicosomáticas ante los problemas, las angustias y las situaciones de desafío.Lamentablemente, estos problemas suelen estar directamente vinculados con el clima emocional en el hogar: los problemas de aprendizaje pueden ser tanto la consecuencia de problemas en el hogar como repercutir mal en él. No solamente los atrasos en la escolaridad sino fundamentalmente penas y sufrimientos innecesarios son superados completamente cuando se brinda el tratamiento adecuado a la emoción. Más frecuentemente de lo que se quisiera, las maneras elegidas por los mayores para forzar al estudiante a rendir mejor, a poner empeño en el estudio encuentran la respuesta contraria a la que buscan. La educación emocional bien entendida y aplicada cotidianamente, conduce hacia progresos que la fuerza de voluntad jamás conseguirá.
Padres y educadores experimentarán auténtico alivio en sus esfuerzos por ayudar a un alumno a prosperar en sus estudios; el BiblioLab les ofrece las herramientas para confirmar con agrado que resolviendo los problemas desde la raìz (emocional), los progresos en cualquier área de interés, son la consecuencia inevitable. La educación emocional ofrece respuesta y recursos sólidos para enfrentar este desafío y sortear los escollos en el aprendizaje.
Una educación emocional que cumpla en enseñar a detectar los cielos emocionales cubriendo a las personas en distintos momentos de sus vidas les permite no solamente entablar un diálogo más fluido con sus mundos interiores
sino que favorece las relaciones interpersonales ya sea con sus pares o con sus mayores. Demasiados hogares y aulas se verían favorecidos con solo enseñar algunas pistas para dar lectura correcta a los sentimientos y a los síntomas como consecuencia, por ejemplo, de modos de hablar y de hablarse, de mirar y mirarse. Clarificaciones oportunas no solamente generarán ese tan ansiado alivio, reflejarán sin rodeos mejoras en el desempeño escolar del hijo, mejoras para la familia, en el ámbito social, y eventualmente, en el laboral.Si usted sospecha que se encuentra poniendo trabas al aprendizaje de su hijo, **Regístrese al BiblioLab y comience a andar un camino diferente. Conseguirá pautas para educar mejor; obtendrá conceptos útiles para impulsar un saludable desarrollo intelectual; para comprender a su hijo en sus emociones, para ayudarlo a descubrir capacidades latentes de su joven personalidad y cuyas explosiones emocionales solo indican su necesidad de guía confiable y adecuada formación.